¡Qué poco necesita un genio para cambiar el mundo!
Este es el caso del gran filósofo y matemático René Descartes, que para crear algo que utilizamos TODOS a diario, solo necesitó un poquito de fiebre y la ayuda de una mosca de estas que se ponen a volar en las habitaciones realizando rectángulos (y que a todos nos da un poquito de coraje).
Pero empecemos por el principio. René Descartes, nacido a finales del s.XVI, está considerado como uno de los más importantes e influyentes filósofos de la historia. ¿Quién no conoce su célebre “Pienso, luego existo”? Pero es que además fue un matemático excepcional, pionero en el estudio de la geometría analítica.
Otra prueba más de que dos disciplinas tan alejadas en un principio como la Filosofía y las Matemáticas, tienen mucho más en común de lo que se puede pensar en un principio.
Pues resulta que Descartes tenía problemas de salud desde niño, y era propenso a tener que pasar muchas hora de reposo en su cama. Horas que dedicaba a pensar, a estudiar, a leer y a escribir.
Uno de esos días, estando acostado entró una mosca en la habitación. Descartes siguió con la mirada todos sus movimientos y se preguntó: ¿Existe alguna manera de anotar su posición en cada instante?
Pensándolo un rato, se le ocurrió disponer tres rectas perpendiculares entre sí, dando valores numéricos a cada punto de la recta. Entonces, cada posición de la mosca podría ser representada con tres números.
Acababan de nacer los ejes cartesianos ( también conocidos como ejes de coordenadas), tan utilizados en matemáticas. A la terna de tres valores (o de dos valores en el caso bidimensional) se le conoce como coordenadas cartesianas.
La palabra cartesiano tiene su origen en que a René Descartes le gustaba firmar con la versión latinizada de su nombre: “Renatus Cartesius”.
Lo dicho, a veces hace falta muy poco para cambiar el mundo.
@JcVirin
esta bien me ha ayudadu con la tarea , pero se podria completar un poco máslo de la mosca. muchas gracias