Isaac Newton ha sido sin lugar a dudas uno de los mayores genios de la humanidad.
Nacido en Inglaterra en el año 1642, fue un científico todoterreno, destacando muchísimo en física y matemáticas.
De sobra conocidos son su Ley de Gravitación Universal y el Teorema del Binomio que lleva su nombre, entre otros múltiples hallazgos realizados por él.
Pero como ocurre con frecuencia en científicos tan brillantes, el carácter de Newton era un poquito especial. Era una persona tremendamente despistada, prueba de ello es que solía descuidar su higiene y vestía de muy malas formas, pero no era por falta de civismo, sino porque realmente no caía en la cuenta de arreglarse. También era común que las personas de su entorno contaran que no era extraño que Newton olvidara comer o dormir, ya que se quedaba ensimismado entre sus reflexiones.
Otra curiosidad importante es que era un pésimo profesor. No sabía expresarse bien, y los alumnos de la Universidad de Cambridge evitaban asistir a sus clases. De hecho, su baja capacidad docente y poco interés en compartir sus avances, hacen que todavía hoy día no esté muy claro quién desarrollo primero el cálculo integral, si él mismo o Leibniz.
Todas estas características dieron pie a multitud de anécdotas, y una de ellas es la protagonista de este post.
Isaac Newton fue durante cuatro años miembro del Parlamento Británico. Por aquél entonces era ya considerado como un sabio por sus contemporáneos y toda una institución científica. Pero su forma de ser, tremendamente despistado y tímido, hicieron que no interviniera nunca durante varios años. Pero en una sesión parlamentaria en la que se llevaba a cabo un acalorado debate, Newton levantó la mano para hablar.
Todo el Parlamento calló mirando al sabio, preguntándose qué sería aquello tan importante que iba a compartir para hablar después de más de tres años.
Cuando se le concedió la palabra, Isaac Newton dijo:
“Perdón, ¿podría alguien cerrar aquella ventana? Hay corriente de aire y se me puede caer la peluca”.
Tras aquello, por supuesto nunca más se volvió a pronunciar.
La verdad que es una de las anécdotas más graciosas que conozco sobre un matemático, y habla de la parte más humana y personal de una de las personas más importantes que ha dado la historia.
@JcVirin
Una anécdota interesante. Así como describes a Newton me llama la atención que fuese al Parlamento a estar sentado solamente, supongo que aprovecharía para hacer algo de lectura o yo que sé. No lo imagino poniendo atención.