En este post vamos a hablar de una mujer excepcional. Una de esas mujeres que ha sido capaz de marcar una época y que ha conseguido que la ciencia que tanto amo esté en muchas ocasiones en los telediarios o en los periódicos. Hoy vamos a hacer un sincero homenaje a una persona muy especial que nos ha dejado recientemente.
Y es que hace ya unos días que leímos en la prensa la triste noticia del fallecimiento de Maryam Mirzakhani debido a un cáncer de mama.
Los titulares coincidían en decir algo del tipo «Fallece la única mujer con el ‘Nobel’ de matemáticas» (Te recuerdo aquí que no existe Premio Nobel de matemáticas).
Pero, ¿quién era Maryam Mirzakhani?
Nacida en Teherán (Irán) en 1977, Maryam quiso ser escritora de niña y plasmar en papel los maravillosos mundos de fantasía que creaba. Pero finalmente, y gracias a la insistencia de su hermano (estudiante de ingeniería por aquella época), se aficionó a las matemáticas, ganando muy joven además dos medallas de oro consecutivas en la Olimpiada Matemáticas Internacional.
Viendo su potencial decidió estudiar la carrera de matemáticas en su tierra natal, para posteriormente realizar un doctorado en la Universidad de Harvard (EEUU). Finalmente ejercía de profesora e investigadora en la prestigiosa Universidad de Stanford, una de las más punteras del mundo.
Pero académicamente, y tras muchas publicaciones y premios en su haber, su momento cumbre llegó en 2014 cuando en el Congreso Internacional de Matemáticas, que se celebra cada cuatro años, ganando una Medalla Fields, que es el premio más prestigioso que puede recibir un matemático.
Este galardón que han ganado matemáticos tan prestigiosos como Michael Atiyah, Laurent Schwartz, Terence Tao o Cédric Villani, lo obtuvo gracias a sus avances en superficies de Riemann.
Pero sus estudios iban mucho más allá, mostrando una impresionante capacidad para relacionar diferentes ramas de las matemáticas sin conexión aparente entre ellas. Era, como casi todos los genios matemáticos de la historia, una matemática total que trabajaba en diferentes campos a la vez.
Pero es que Mirzakhani es un gran ejemplo de luchadora que consigue derribar esos muros que en muchas ocasiones no nos permiten mejorar como sociedad. Diagnosticada de cáncer en el año 2013, luchó hasta el final para vencer a la enfermedad que por desgracia finalmente se la ha llevado.
También derribó el tabú que se había creado en torno a que nunca había habido una mujer ganadora de la Medalla Fields, un título aparentemente (e injustamente) reservado solo para hombres. Así, Maryam consiguió romper unas cadenas que ya duraban demasiado en el, a veces, anticuado y rancio mundo de la investigación. Y abriendo una rayo de esperanza a muchísimas mujeres que se merecen estar en la élite de las matemáticas o de cualquier disciplina.
Pero es que además Maryam Mirzakhani ha sido la primera mujer en Irán que ha salido en las portadas de los periódicos sin el hiyab, recibiendo su familia las condolencias de los máximos dirigentes de su país natal y convirtiéndose en un símbolo nacional.
Quizás si en la televisión y en la prensa se hablara menos de la última foto en Instagram de Cristiano Ronaldo o de quién es la nueva novia de cualquier actor, y se hablara más de ciencia y de cultura, tendríamos muchas más niñas y niños imaginativos que, como Maryam, algún día harían realidad sus historias y mundos que pueden parecer de fantasía.
Por último, nada mejor que una cita de esta maravillosa matemática para despedir el post:
«La belleza de las matemáticas solo se muestra a sus seguidores más pacientes»
D.E.P.
@JcVirin